
28 Abr 2022
El miercoles 30 de marzo, en el Palacio de San Nicolas -sede de BBVA en Bilbao- tuvo lugar la presentación de la muestra «Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario» que desde el 31 de marzo hasta el 5 de junio de 2022 acogerá una cuidada selección de los fondos históricos y contemporáneos de la Colección BBVA en España. Selección de 40 obras que proponen un encuentro entre arte antiguo y creaciones de artistas contemporáneas.
La exposición se distribuye a través de cuatro secciones y a través de 40 obras, se propone al espectador la importancia de la espiritualidad en la creación artística a lo largo del tiempo, desde el origen hasta la fugacidad de la vida; tratando de poner en contexto el aspecto trascendental que da sentido a nuestras vidas.
La Colección BBVA, selecciona para esta exposición, una muestra excepcional, brindándonos la posibilidad de admirar obras de distintas épocas.
Dicha Exposición se engloba en el marco de la primera Cumbre Internacional Wellbeing, cuyo fin es lograr una transformación social en la sociedad a través del arte y la cultura. En ese contexto, se pretende mostrar la importancia del arte como elemento transformador de lo humano.
Una selección de piezas que, a lo largo de cuatro capítulos, nos brinda la oportunidad de admirar obras de distintas épocas y diferentes representaciones artísticas de lo sagrado y lo espiritual, desde arte religioso del Renacimiento hasta piezas más conceptuales de artistas de los siglos XX y XXI, y que pretende mostrar la importancia del arte y la espiritualidad como elementos transformadores de lo humano.
Carlos Torres Vila
Presidente de BBVA
Una exposición gratuita que recoge muestras de artistas como Luís Vélez, Joaquín Sorolla, Pablo Palazuelo, Nacho Criado, Alexandra Ranner, Joaquín Sorolla, Miquel Barceló, Martín Chirino, Manuel Franquelo, Juan Carlos Savater, Ernst Karl Eugen Körner, Marina Abramovic, Mar Solís, Antonio López, Juan de Soreda, Luis Vélez, Bill Viola, Salvador Victoria, Carmen Laffón, Pablo Palazuelo, Nacho Criado, Joan Ponc, Yves Tanguy, Lucio Muñoz, Antoni Tápies, César Manrique, Fernando Zóbel, Esteban Vicente, Ouka Leele, David Teniers II, Jorge Oteiza, Gerardo Rueda, Alfonso Albacete, Adolf Schlosser, Teresa Salcedo, Hugo Fontela, Pablo Armesto o Jan van Scorel.
En su página web puedes realizar una visita virtual en la que ampliar información sobre las piezas expuestas, conocer las biografías de los artistas y acceder a una selección de piezas comentadas por el comisario.
Entre las obras expuestas, se encuentra Yantra III, un óleo sobre lienzo de 200,5 x 200,3 cm. que Pablo Palazuelo pintó 1984. Así pues, la obra Yantra III de Pablo Palazuelo es una de las obras claves de la exposición y por ende la imagen seleccionada para el catálogo y los soportes digitales. Con motivo de la exposición Alfonso de la Torre ha comentado la obra:
“Fue la naturaleza una de las preocupaciones del quehacer de Pablo Palazuelo de la Peña (Madrid, 1915-2007), posiblemente temprana revelación durante sus paseos por el gélido bosque de Villaines-sous-Bois. Un año de retiro alejado del mundo de las galerías y el contacto con los artistas en el París al que llegara un par de años antes, en 1948. “Que Dios nos asista”, llega a escribir, solo, paseando aquel invierno por su bosque húmedo, casi transido entre robles y avellanos. En 1951, este caballero de la soledad volverá a otro fértil encierro en París, más solitudes, trabajando sin cese en el número trece de la rue Saint-Jacques, hasta mediados los años sesenta. Cuando pinta este Yantra III, es 1984, ya retornado a España, ha encontrado Monroy, un espacio fortaleza en Cáceres, donde compondrá cuadros con tal título, pinturas sobre los centros de energía. Otro lugar alejado del mundo, inmerso en la naturaleza, como lo sería, también, su frecuente estadía en “La Peraleda”, en Galapagar (Madrid), donde vivió hasta sus últimos días. Pintor lento, Palazuelo, un pintor gramático en palabra de Bernard Dorival, el trabajo mediante la línea fue irrenunciable, como revelaría su conversación agitada en 1955 con Will Grohman, el exégeta de Paul Klee: “Palazuelo s’échauffe en essayant de m’expliquer que tel tableau ne peut exister que par des lignes droites (…). Pour lui le monde n’aboutit pas dans le tableau, mais il y prend naissance. La correspondance ne suffit pas, le tableau doit créer une vie nouvelle. Le peintre ne travaille pas pour suffire à ses ambitions, mail il veut contribuer à l’ensemble de l’évolution universelle. Sa mission, comparable à celle du poète et du philosophe, tend ainsi à être mise en pratique, en tant qu’il contribue à modifier le monde actuel des hommes et des choses”1. Línea “limpia y precisa”, añadirá Tharrats sobre Palazuelo, imaginativo introvertido.
Es Yantra III ejercicio de un declarado “dejar hablar a las líneas”, lineaje de líneas y formas devenido también laberinto conducente hacia el plano que, expandido, le permitiría abordar su trabajo escultórico, tan riguroso. Línea como imagen y emblema del movimiento en el espacio, activadora de este, mas también de la verdadera visión, conformadora del mundo, vehículo de energías capaz, en palabras del artista, de hacer visible lo invisible. Palazuelo, un pintor poeta, para Bonnefoy un heredero de Rimbaud, un artista intenso y reflexivo explorador de un insólito lenguaje, una belleza otra, fue creador plenamente abstracto e indagador de la reducción a la síntesis de las formas del universo: “las formas muy concretas y nobles, los acordes potentes y extraños”, diría ya en 1948. Y luego, resonancia “kleeiana”, concibiendo obras que muestran el incesante quehacer, como incansable pensador de la línea, el “pintor austero”, en palabras de Joan Miró. Al cabo, Klee había sido esencial referencia en el encuentro de Palazuelo con la abstracción.
“La palabra yantra −dirá Palazuelo− procede de la raíz sánscrita yam, con el significado de ‘que porta’, ‘que sostiene’. Es un diagrama bidimensional de fuerzas. El yantra es, sobre todo, una figura de la conciencia, una figura de la concepción, porque la estructura gráfica o diagrama portante es la ecuación formal de una energía específica. La visualización y la manipulación continuada de las formas en apariencia estáticas de la estructura, conmueven su inercia, emergiendo entonces el diagrama investido de una energía autogenerativa capaz de transformar alternativamente la experiencia física en experiencia psíquica. La experimentación –manipulación, composición transformante- activa la energía de la imagen, y, así, la imagen deviene la experiencia misma. El yantra así concebido, y cuyo centro −bindu− es intensidad, es un sistema abierto, puesto que puede transformarse ilimitadamente. Las obras que yo titulo Yantra no se relacionan con una meditación tántrica. Los yantras tántricos son en su mayoría composiciones basadas en diversas combinaciones de triángulos. Me ha interesado la relación de estos triángulos con los sonidos. Los mantras son letras o combinaciones de letras, sonidos que se relacionan con los diferentes espacios que conforman el yantra”.
Tienta Palazuelo “ver lo no visto antes, conocer una parte de lo desconocido para mí”, máxima que reflexiona sobre el complejo sentido de la creación artística: el mundo es forma capaz de revelar la idea. Formas que, más que encontrarse, muestran su agitada vida, el “lineaje”: el permanente engendramiento de unas formas a otras, conservando la huella de su génesis. Pinta el mundo Palazuelo sin olvidar el rumor del existir de los arcanos, −Imaginalia, como titulará uno de sus poemas− en una cierta mención a lo oscuro y telúrico. Escribirá el pintor en 1967: “La naturaleza se imita a sí misma sin descanso, y así se especializa, se individualiza cada vez más, hasta crear formas nuevas. La metamorfosis es el fin de una ‘misteriosa’ autoimitación que constituye, en cierto modo, una ley. Una ley de la naturaleza que despierta en el hombre (aquí, resonador) una fuerza que, a su vez, puede provocar esa ley, reforzarla y dirigirla. Tiene lugar una operación en la naturaleza, que provoca en nosotros una operación semejante −o quizá distinta− que, a su vez, reverbera sobre la primera, amplificándola, o bien transformándola conjuntamente con ella, formando entonces las dos una sola. La realidad no tiene los contornos difusos. Sólo los accidentes (realidad también) de la visión por el paso del tiempo”.Alfonso de la Torre
Comisario de la exposición.
Más información sobre la exposición
Cuando: Del 31 de marzo hasta el 5 de junio de 2022
Donde:Palacio de San Nicolás. Plaza de San Nicolás, 4. Bilbao
Web: coleccionbbva.com
Horario: De lunes a domingo, de 11.00 a 19.00 h. (Cerrado 1 y 5 de mayo hasta las 15.00 h.)
Visitas guiadas gratuitas miércoles a las 18.00 y sábados a las 12.00 h. Información e inscripción previa en: exposiciones@lafabrica.com / 91 360 13 24 (9.30 a 14.00 h.)
Comisario: Alfonso de la Torre
Precio: Gratris